Por decreto episcopal firmado el 24 de agosto de 1899 por el entonces prelado de la diócesis, el Dr. Pere J. Campins Barceló, se erigió el Archivo Histórico de la Diócesis de Mallorca y se creó la figura del archivero diocesano. El primer archivero fue D. Mateu Rotger Capllonch. El centro depende, desde su creación, de la Iglesia, ya que forma parte de esta y custodia su legado histórico. El archivo cuenta con documentación parroquial a partir de la conquista de Mallorca hasta la actualidad; un fondo que no tiene fin, puesto que cada vez llega más material procedente de las diferentes parroquias de Mallorca.